Dibujante salmantino nacido en 1984. Guiado por el realismo en un sentido estético amplio, su interés en la vida social y sus (des)velos le lleva hoy a seguir explorando las posibilidades del dibujo y, como su continuación inevitable, el campo formal de la escultura.
Desempeño profesional
Licenciado en Bellas Artes por la USAL (2008), máster no oficial en Webmedia, Creación Web y Edición de Vídeo Digital en el CEI (2010) y máster oficial en Filosofía de la Historia: Democracia y Orden Mundial en la UAM (2017). Actualmente está realizando el doctorado en filosofía (estética y teoría de las artes) en la Universidad de Salamanca. Su investigación doctoral toma partido por un abordaje del fenómeno estético desde la crítica y la teoría del arte de raigambre materialista; los resultados de dichos estudios han sido comunicados en diversos seminarios y artículos académicos. Previa a su desempeño teórico es su dedicación intensiva y constante al dibujo, desde el omnipresente cuaderno al gran formato. Ha recibido diversas distinciones en certámenes autonómicos y nacionales así como realizado numerosas exposiciones colectivas e individuales.
Su carrera profesional estuvo relacionada, originalmente, con la ilustración y la dirección de arte, trabajando hasta 2015, tanto por cuenta propia como ajena, para productoras como The Fact y agencias internacionales como Fullsix Group, y clientes como Beefeater, Ballantine’s, Grupo Mondelez, Central Lechera Asturiana, Grupo Eroski… Después de abandonar voluntariamente el sector de la publicidad y la gráfica, trabaja como impresor y preimpresor, restaurador de arte y artesanías, o dependiente especializado en Artemiranda, empresa de productos de bellas artes de prestigio internacional.
Desde finales del 2022 su desempeño laboral está relacionado con la gestión cultural y la coordinación de las enseñanzas artísticas en la Fundación Venancio Blanco, desarrollando proyectos de impacto social para la Diputación de Salamanca y la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes. Recientemente, en 2025, ha comisariado la muestra “Latencia de realismo”, que estudia el compromiso que existe en la obra de Venancio Blanco con la recepción de la realidad en su complejidad y riqueza, descubriendo en su escultura un mensaje de inmanencia a menudo infravalorado por su general valoración como artista del espíritu.
El puente salva el precipicio sin ocultarlo, se erige como una resistencia racional contra el precipicio y la distancia denunciando, a su vez, el optimismo sin fronteras. No existe el sueño de la construcción del puente sin el sueño de las manos del obrero.
«Yo era rígido y frío, yo era un puente tendido sobre un abismo, a este lado estaban clavadas las puntas de mis pies y al otro las manos, me aferraba con los dientes a la arcilla quebradiza.»1
Así ofrezco este sitio, como una espalda cargada de esperanza y hartazgo, como una forma imprecisa de amor y rabia. Bienvenido el transeúnte despierto, al que acaso pueda acompañar en el cruce del puente, sin ánimo de engaño ni fingida neutralidad, con un puñado de preguntas sustanciales y algún que otro germen de respuesta.
1. Franz Kafka, en «El puente», en La muralla china, Trad.: Adan Kovacsics, ed. Alianza Editorial, 2015, p. 114.
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